17 ene 2013

A la inmensa mayoría

Ernst Ludwig Kirchner


Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once 
de abril, cincuenta y tantos.

Blas de Otero


2 comentarios:

Genín dijo...

Entonces los dio por mi...:)
Salud

Túconmigo dijo...

Me alegra que escribas de nuevo.

Muy acorde con los tiempos.

El expresionismo alemán, con kirchner, es uno de mis movimientos culturales preferidos.
No sé por qué, pero no puedo escuhar la música que, con seguridad, será buena, como siempre.

<un fuerte abrazo, querido Felipe.