Brassaï
Mi madre me enseñó a hacer trampas.
Trampas para perder.
Ganar era tan fácil que lloraba de noche
y no podía conciliar el sueño.
Cogidos de la mano me calmaba
relatándome historias que sucedieron luego.
La culpa fue mía.
Madre me preguntaba
si las quería reales o inventadas,
y yo pedía siempre que le hubieran
sucedido a ella.
Y casi sin quererlo
una noche mi madre inventó la realidad.
Fernando Beltrán
(De Dónde nadie me llama)
Stacey Kent
14 comentarios:
Felipe, maravillosa entrada la que has escrito, como encantadora tu madre por haberte enseñado a lo que nadie quiere, como es perder, para que, cuando fueras mayor no te doliera tanto perder, porque a veces duele mucho cuando en la vida no conseguimos nuestras metas y perdemos.
Besos.
Un placer y un lujo, como siempre.
Un abrazo.
No conocía a Francisco Beltrán ni a Stacey Kent...
Ahora ya.
Las madres tienen ese poder de devolvernos a la realidad de golpe y el día menos pensado...son un atajo a cualquier universo inventado.
Besos, mi querido Felipe.
...pero si ese descubrimiento de la realidad es con una madre al lado....mejor. Un beso Felipe y buen finde
Qué preciosidad de poema, Felipe. Maravilloso!
El recuerdo de los padres (tan lejos están ya) y las historias que nos contaban y esa maravillosa sencillez con que lo describe este poeta.
Preciosa la foto y la música también.
Has puesto un poco de luz a un día aciago.
Gracias mil y un fuerte abrazo.
La sobreprotección de una madre es dificilmente tan bien descripta como lo ha sido en este bello poema, de autor que desconocía. Una joyita, Felipe.
Un abrazo grande y felíz fin de semana.
La realidad puede tener muchas caras, espero que esa fuera amable, aunque presiento que no...
Salud
Bello poema. La realidad es lo que hay, aunque esté inventada.
Salud y República
Bello poema, bello sentir
¿Quién puede decir que el abrazo del blogger no es una trampa que nos tendemos adrede para inventar la realidad? o atenuarla.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
Precioso poema que lo acompaña una música deliciosa.
Besos nocturnos
La obligación de las madres es hacernos ver la realidad para prevenirnos contra ella cuando venga a azotarnos.
Bellísima poesía la de Beltrán...¡lo que somos capaces de hacer las madres!. Un fuerte abrazo.
¡Qué sabia era esa madre! Enseñar a perder, aunque sea con trampa.
Bicos
Hola Felipe...
Ya sabes cómo me gustan los poemas, y aquí estoy para el deleite de mi espíritu... leyéndote.
Fernando Beltran, no conocía las obras, de este asturiano?... gracias por postearlo.
Un gran beso para ti.
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