LOS CURAS PIDEN CLEMENCIA

Se presentaron en el Palacio de la Moneda y pidieron a Piñeira que se indultase a los asesinos de la represión de la Dictadura Militar fascista de Pinochet.

Acudieron con sus escapularios,su hipocresía y su cinismo.No quieren ver entre rejas a los asesinos y a los violadores de los Derechos Humanos y por eso piden al presidente Sebastián Piñeira que los indulte y los mande al calor de su hogar.

Ahora es invierno allí en nuestro querido Chile.Sin embargo,una ola de calor debió apoderarse de las víctimas de los asesinos,de los perseguidos,de los violados ante la singular petición de la Iglesia de indulto presidencial para quienes tienen manchadas las manos de sangre,para quienes tienen en sus conciencias el peso enorme de la muerte ajena y de la ejecución sin piedad de miles y miles de conciudadanos.Esos que perpetraron los vuelos de la muerte, en los que se arrojaban a los mares a personas inocentes.

Esos que nos quitaron a Salvador,a Víctor y aun sinfín de hombres y mujeres buenos y honrados.Esos que abusaron y torturaron,sin la más mínima piedad,a mujeres y niños y que después dieron por desaparecidos y aún lo están.

Los curas piden clemencia a Piñeira para los asesinos,para que la cárcel nos les coma la estulticia de los tiempos de la pistola asesina,de la aviación bombardeando,para el 'sacrilegio' de tanta madre desposeida de sus hijos.

Piden clemencia como si ésta se comprase exhibiendo sotanas y alzacuellos,como si ésta no tuviese heridas sangrando a chorros interminables.

Y estos curas abusadores de niños indefensos pretenden que el asesinato,las lágrimas,las abuelas que ya no vieron a sus nietos,aquellos que se pudrieron en el fondo del mar o en las cárceles soterradas del pinochetismo no les miren desde sus corazones heridos y su recuerdo perpetuo.

Piden clemencia para los asesinos,no sabiendo que la clemencia es un plato que no debe figurar en el menú del día.