Que el tiempo me ayude
a buscar en las charcas de tu pelo
la codicia de las lágrimas,
la sombra de tu palabra.
Que el viento me solicite
la medida de tu tronco exhausto,
la sonrisa de tu pena exacta.
Que la oscuridad me susurre
los perfiles avarientos de tus labios,
el camino cautivo de tu pecho.
Que los amaneceres me ayuden
a besar la impaciencia de tu llegada,
a robar la insolencia
que pregonan miradas,
que palidecen bocas.
Que la soledad me ayude
a escoger atuendos de consuelo,
a prensar la rabia,
a engañar dudas,
a pensarte en mi sonrisa,
a dolerte en mi sueño.
Esperaré sobre aquella colina
en la que un día
casi llegamos a querernos
12 comentarios:
Precioso poema felipe."pensandote",suele traer nostalgias y emociones a veces vividas intensamente una sola vez.
bicos
Ay, Felipe, amigo, que te "pierdes"... en su pelo, en su boca, en su pecho...¿Por qué la colina? ¿Por qué no tu corazón?
Un abrazo.
Precioso.
Felipe querido veo que dentro de poco voy a tener yo que hacer un poema para lo que realmente soy penosa aunque me gustaría no serlo. Precioso poema. Qué marvilla poder expresar con la belleza que tu lo haces un sentimiento de nostalgia, de amor, de deseo.
Siempre aquí en tu casa encuentro momentos tan mágicos que me alivian el cansancio de todo un día largo y caluroso.
Un beso
Wenas!! Precioso poema. Con cien palabras no lograría expresar lo que he sentido al leerlo, y tú con muchas menos has logrado crear inmensas sensaciones.
Un saludo y que sigas escribiendo más maravillas como estas.
Sólo las personas sensibles pueden perderse entre los versos de un poema.
Me ha encantado amigo.
Gracias por tus palabras en mi blog.
ESPAÑA 2000 no podrá conmigo.
(Ufffffffff, Santana). Bellísimas palabras, Felipe..........
Bonito poema y grande santana,a veces tu casa es una isla,un saludo Felipe.
De una belleza casi matemática. Hermosísimo.
¡Que bonito Felipe!!
Buenas noches.
Reflexivo y sensual, pero sobre todo algo nostálgico. me gusta!
Como dice Carmen, envidio esa maravillosa facilidad que tenéis los poetas para decir cosas bellas. Precioso poema, Felipe.
Un abrazo.
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