12 abr 2012

El último aliento

Guayasamín

A medida que la tarde caía y la lluvia
se refugiaba en mis ojos
todo era confuso y caótico,viento africano en las sienes,
tiempo aniquilado en las mejillas del pan,
cielo desgarrador y sucio.

Se nacía y se moría en un mismo instante,
fogonazo de vida y muerte,
mientras que los peces salían huyendo del mar,
saltarines y aterrorizados
para recostarse en los prados acústicos
de las bocas silenciadas,amordazadas,cautivas.

Las palabras buscaban refugio,
la sangre quedaba hilvanada en hileras sollozantes,
cuando no caprichosas del temor.

En un sólo instante todo quedó hueco y agujereado,
y un remolino de pétalos,
buscaron la locura
más alla de todas las locuras.

Salir huyendo era,como siempre,
encontrarse con la calle
en la que los cuchillos se enhebraban pacientemente
en un grito largo y angosto
de voces agolpadas reclamando
vida y dolor,
alegría y tregua,
risas y pasión,
duda y certeza.

Caminé traficando lágrimas
secas,arrebatadas,
hasta que en un lecho se recostaba la vida
como un suspiro desbordado
de codicias e insolencias.

Había amado hasta herirme,
hasta sucumbir;
un trágico y lento desfile
anunciaba peregrinos descosidos
regresando a su escondite.

La lluvía seguía acurrucada en mis ojos
en espera del último aliento.


7 comentarios:

Winnie dijo...

Qué poema más ....¿temperamental? ¿arrebatador? Me ha cautivado el alma Felipe....Besos

RGAlmazán dijo...

Otro triángulo estupendo. El poema desgarrador, lleno de sentimiento.
Salud y República

Genín dijo...

No se que estremece mas, si el poema o el cuadro, en fin, ambos lo hacen...
Salud

Ciberculturalia dijo...

Me ha impresionado mucho el poema, Felipe. Tan espléndido como desgarrador. La música excelente. Y que decirte de Guayasamín. Recuerdo mi viaje a Ecuador y su museo. Impresiontante.
Besos y buena noche

Dilaida dijo...

Me encanta el poema, pero sobre todo es un trío perfecto.
Bicos

Rita dijo...

Muy buen poema, desgarrado pero logrado, te superas amigo Felipe
un abrazo

Túconmigo dijo...

Sí, es desgarrador, Felipe. Es el primer adjetivo que me ha venido a la cabeza cuando lo he leído. Y lo he sentido.

Guayasamín, cuanto tiempo sin ver nada de él..

Gracias, mi querido poeta. Un abrazo.

Guayasamín,