Ernesto G.Peña
No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura,iguales en amor, iguales en deseo.
Auque sólo sea una esperanza
porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe.
Luis Cernuda
13 comentarios:
Maravilloso...el último verso lo resume todo. Besos Felipe
Es tan bello ese poema, siempre me gustó.
Hubo un tiempo en el que me lo solía recitar a menudo incluso. Cernuda, siempre.
Besos, mi manchego preferido.
Precioso poema digno de la sensibilidad de Cernuda.
Salud y República
Estoy convencida que Cernuda se inspiro en este maravilloso poema, oyendo la música que has elegido. Te transporta a un mundo de sensibilidad y belleza inigualables.
Besos
Que verdad:
"porque el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe".
Gracias.
Salud
Qqué hermosura de poema, Felipe.
Estoy muy contenta de poder leerte.
Me encanta pasar por aquí..ya sabes que considero tu casa como un remanso de paz.
Un abrazo.
¿Y quien de todos modos estaría capacitado para explicarlo?. Aquel que lo hiciera nunca habria experimentado el verdadero deseo. Un abrazo.
Ud me va a acercando a Luis Cernuda y, debo confesar que es la primera vez que leo lo del cuerpo interrogante, aunque personalmente ya lo he descubierto y escrito, hace muuuucho. ¡Qué bueno para mí, encontrar que mis miradas no son tan descabelladas! Gracias, sinceramente, como siempre.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
No hay respuestas satisfactorias para quienes se plantean demasiadas preguntas, Felipe...
y menos a la hora de hablar de deseo, y de pasión, huelgan las palabras porque para eso ya está el cuerpo, los gestos, la mirada...como cantaba Braulio a finales de los setenta ...A veces, hasta sobran las palabras
cuando se trata de hablar
sencillamente de amor
Y prefiero la elocuencia de un silencio
a esa frase desgastada
que a nada suena en mi voz...
Me despido, Felipe, cierro mi ventana...agradezco tu compañía durante este tiempo y decirte que he disfrutado (especialmente) de tu sensibilidad a la hora de elegir Poesía para sentir.
Hasta siempre.
Te dejo un abrazo...y un beso.
Los poemas amorosos de Cernuda son arrolladores. Fue un sufridor y eso se nota. Un sufridor con ese punto desengañado. Y eso le lleva a esos poemas que quitan el aliento de Donde habite el olvido allí estará mi tumba, que son grandiosos, porque equivalen a anhelar el no-ser, desaparecer, pero a la vez fundirse en el todo, que es un deseo muy zen. Por eso es tan sorprendente, porque no es lo previsible sino que frente a lo que todos podemos entender toma un camino paradójico, si se quiere. Un abrazo.
Una belleza; desde hace tiempo no leo poemas en otros sitios, ya que tu seleccionas los mejores.
Un saludo.
Un gusto visitarte Felipe. Siempre compartiendo cosas bellas. Abrazos, amigo.
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