Brent Heighton
Es triste poner Gershwin sin poder abrazarte.
Somos el blanco y negro de una vieja película:
las parejas bailando, y los barcos de guerra
que han de zarpar al alba. Quizá fui aquel muchacho
que pereció en combate, y tú aquella muchacha
que nunca olvidaría la canción.
Vivimos en la sombra su mañana perdido
en oscuros bailables. Pero hoy,aquella música
se toca en los conciertos y nadie ya la baila.
Hemos errado el tiempo,destruido los recuerdos.
La fiesta está acabando:guarda el último baile
-la luz de oro del saxo y una pieza de Gershwin-
para cuando se acerque
la hora de embarcar en el buque de guerra.
Joan Margarit
13 comentarios:
Qué maravillosa combinación de música y palabras...un beso
como dijo Benedetti: la soledad puede ser una llama
No me gusta la idea de que nadie tenga que embarcar en un buque de guerra...
Salud
Magnífico triángulo. Blanco y negro. Amor y guerra.
Salud y República
¿Hablas del quiero y no puedo? ¿De la melancolía de lo que pudo ser y no fue? Perfecto. Un abrazo, Felipe.
Bravo a esta lectura del yo, del otro, del momento, de la emoción, de la música; un artista ha hecho de esto un poema movilizante.
No quiero guardar el último baile. Propongo bailar la vida, como si fuera la primera pieza, la que traerá después otras emociones, otras sorpresas, las mejores.
¿Sabe qué? Me niego a guardar la porcelana fina de mis abuelas para la gran ocasión, ahora en este segundo está dada mi oportunidad. Quiero bailar la vida.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
Yo también tengo una extraña sensación como de guerra. Como si algo muy grave nos estuviera amenazando.
Lo peor de todo es que lo está.
Bailemos Felipe, esa pieza de Guershwin. Antes de que empiece el tiroteo.
Como si no pasara nada.
Magnífico Gershwin, tanto que hoy el poema quien es el acompañante.
El cuadro completa el excelente trío.
Besos laicos
Embarcar, no con el buque de guerra, sino con la música que llega a través de las letras, perfecta combinación.
Besos.
Me encanta Gershwin. Y el poema es muy evocador. Todos tenemos en nuestra memoria canciones que nos evocan algún momento especial de nuestra vida.
Un abrazo y mucho cariño, Felipe.
Espléndida reflexión sobre el paso del tiempo. Y la música, muy sugerente.
Saludos
Es un momento para observar acodado en una barra, envuelto en humo y terminando de saborear un whisky sin hielo.
Salu2
Todo es triste cuando no puedo abrazarte,
la melancolía cubre esas oscuras sombras y los conciertos carecen de saxos, pero que siempre nos dejen esos buques donde embarcarnos...
Besos, mi querido Felipe.
Delicioso post...
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