16 jul 2010

SINDICATOS

Ante el desprestigio interesado que están llevando a cabo la derecha y sus terminales mediáticas contra los sindicatos de clase (CC.OO. y U.G.T) es necesario reivindicar su papel en nuestro sistema democrático.Sin ellos no se explicarían muchos de los avances sociales que en este país se han llevado a cabo.
Podemos y debemos,en determinados momentos, poner en cuestión sus estrategias sindicales,sus posicionamientos, pero jamás deslegitimarlos y no reconocer su papel vertebrador social,así como señalarlos como uno de los referentes de la clase trabajadora.

La derecha,en su afán descalificatorio ,les viene a decir de todo menos bonito,llegando a crear un clima general en la ciudadanía en su contra.
  • Que son unos paniaguados.
  • Que están vendidos al Gobierno.
  • Que no se preocupan de los parados.
  • Que el Gobierno los compra a base de subvenciones
  • Etc.,etc

UGT de Cataluña ha lanzado un vídeo con el fin de contrarrestar la manipulación que la derecha de este país está llevando a cabo.

Que nadie se equivoque ni se llame a engaño.La presencia sindical en la vida pública es inherente a nuestro sistema democrático ,siendo los garantes en la defensa de los intereses de los trabajadores.

Podrán equivocarse y se lo diremos a viva voz,pero nuestra confianza en estas organizaciones se deben regir por el mayor de los respetos,pese a quien pese.

Es coveniente señalar lo  que la Contitución en su art.7 expresa:

"Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la Ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos."

No dejemos que la derecha política y mediática nos enfrente con ellos.Sería todo un error por nuestra parte.

13 comentarios:

Txema dijo...

Felipe hay que reconocer que los sindicatos han tenido una cierta posición de pasividad en los último meses.

Pero claro, la derecha lo usa en el sentido contrario al quienes hacemos esa crítica para que toem mayor protagonismo.

saludos

Dean dijo...

Depende del sitio son mejores o no. Cuando vivía en Andalucía me sentía cobijado y veía su trabajo, en Fuerteventura velan más por los intereses patronales. Pero lo que tu dices es muy cierto, si no fuera por ellos, los convenios colectivos de algunos sectores no serían posibles y sólo habría garantías para aquellos sindicatos de grandes empresas, mientras que las pequeñas y medianas jugarían a plenitud con sus empleados.
Un saludo.

Lakacerola dijo...

Estoy de acuerdo en que hay que apoyarlos, sin ellos no tendríamos los derechos que tenemos ahora, pero tb es verdad que hay que darles un toque de atención para que no se apoltronen, y sobre todo ahora que tanto peligran los derechos conseguidos.
Un abrazo.

mariajesusparadela dijo...

Se lo han buscado por la mano y ojalá les sirva para aprender que hay que estar siempre en la brecha y no dormir en los laureles. Porque, evidentemente, son imprescindibles.

Eastriver dijo...

Sí, como dice María Jesús, son imprescindibles. Pero cuánta fe se necesita para creer en ellos. Yo me siento radicalmente vendido en mi profesión. Necesitaré un año de tranquilidad y sosiego, y una enorme dosis de ilusión ingenua para volver a creer que no son unos vendidos. No hablo de uno, ni de dos, ni de tres. Hablo en general. Se apuntan a la huelga, a liarla, a las declaraciones. Pero en el día a día yo me siento estafado. Ojalá fuera el único. Pero me temo que la derecha lo tiene facilísimo, porque se lo han puesto muy fácil, para que su discurso cale.

Genín dijo...

Pues por aquí están muy desprestigiados en la clase trabajadora de izquierdas...
Salud

Antonio Rodriguez dijo...

Felipe tienes toda la razón, porque los sindicatos son los que son sus afiliados. Yo me he pasado toda mi vida laboral en el sindicalismo una veces más activo y otras veces menos, desde militante de base hasta tener importantes responsabilidades en la dirección sindical de mi ámbito, pasando por miembro del comité de Empresa.
Hemos sido los hermanos pequeños de la democracia, mientras los partidos se legalizaban, los sindicatos tuvimos que pelear por nuestra legalización; los partidos tienen su ley de financiación los sindicatos no, viven de sus cuotas y de lo que ahorran de la Formación, mientras la iglesia tiene financiación de todos los españoles y la patronal se autofinancia. Nadie nos regaló los derechos sindicales con lo que defrender a todos lo trabajadores, tuvimos que arrancarlos en dura lucha con la patronal, solamente avanzada la democracia se aprobó la Ley Orgánica de Libertad Sindical, que nos dio unos pocos derechos.
Yo he sido un discrepador por naturaleza, he estado casi siempre en minoría, pero nunca se me ha pasado por la cabeza irme de mi sindicato, CC.OO., el que con mi esfuerzo contribuí a construir. Otros, sus discrepancias les llevaron a salir y formar otros sindicatos, prefirieron ser cabeza de ratón antes que cola de león y todos perdimos porque eso debilita a los sindicatos y al movimiento obrero.
¿Y que a cambiado en los sindicatos, al menos en el mió? Pues que al principio la mayoría de los dirigentes éramos miembros de partidos políticos, principalmente del PCE y se nos acusaba de correa de trasmisión porque estábamos muy ideologizados y éramos muy reivindicativos. Y cuando se fue Marcelino, Antonio Gutiérrez modernizó el sindicato y con la modernidad se fue la ideología y entraron los dirigentes de nueva hornada que carecían de ella y sin ideología no se puede hacer sindicalismo.
Y ese es el verdadero problema del sindicalismo de hoy, las personas. Pero de ello somos responsables todos y sobre todo los que se lavan las manos y su única acción es la crítica; y vuelvo al principio, si todos los desencantados siguieran en el sindicalismo los sindicatos posiblemente serían diferentes, si en lugar de los dos millones de afiliados que tienen entre CC.OO. y UGT hubiera 5 o 10 millones, los sindicatos serían diferentes.
La solución está en la afiliación y en la participación sindical, trabajando desde dentro para que el sindicato tenga ideología, que no quiere decir que sea partidista. Desde dentro las CC.OO. clandestinas destruimos el sindicato franquista.
Perdona la extensión pero es un tema que me apasiona y podría estar escribiendo muchos folios sobre el mismo. Lo mismo lo hago con más extensión en mi blog.
Un abrazo.
Salud, República y Socialismo

Trasto Malísimo dijo...

La derecha habrá hecho lo suyo, aunque a mi el victimismo no me gusta, cada uno tiene lo que merece...
...pero es de reconocer el papel pasivo y más que sospechoso que están jugando en los últimos años.
Y lo que no es de recibo es algunas actitudes mafiosas, amenazadoras y fascitas en ciertas huelgas.
¿se puede salir en TV amenazando con no cumplir la ley?
y no cumplirla después...

Lo digo, por ejemplo, como usuario afectado de la huelga de metro sin servicios mínimos...

RGAlmazán dijo...

Pues sí, hay una campaña de desprestigio desde la derecha para hacer ver la inutilidad y la corrupción sindical. Son unos canallas que no quieren tener enemigs enfrente siguiendo con sus ramalazos totalitarios. Y efectivamente pueden equivocarse y lo han hecho a mi modo de ver, pero es inconcebible un estado democrático social de derecho sin unos sindicatos fuertes capaces de hacer de contrapeso de las patronales.

Salud y República

El Comandante dijo...

Totalmente de acuerdo, la campaña de desprestigio es orquestada, no sólo la derecha política, también todos los grandes grupos de comunicación y asociaciones empresariales están por la labor.
Ahora más que nunca, es necesario el papel del sindicalismo de clase, el problema es recuperar el poder de convocatoria.
Saludos

Rita dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Antonio Rguez, y añado que es muy fácil acusar de pasividad a los sindicatos mientras nos quedamos quietos esperando a que ellos sin ninguna clase de apoyo nos solucionen el problema, siempre he visto mucha comodidad en la actitud de los trabajadores, piensan que los que se tienen que mojar son ellos, y mientras tanto no se implican, no apoyan, ni tan siquiera se afilian, se quedan tras la barrera viendo la corrida. Creo que la clase trabajadora debe comenzar a mojarse un poco y no pensar que los sindicalistas son los que tienen la obligación de arreglarlo todo, luego es muy fácil criticar y ponerle fácil a la derecha su acoso. Lo que la derecha quiere es tenerlos baja la bota como hacía con el sindicato amarillo, o no?

Caruano dijo...

En EE.UU existen sindicatos, pero la palabra sindicalista a los estadounidenses (salvo escasas excepciones)les produce urticaria y un sindicalista es poco más que un diablo que se come a los niños (¿no nos suena ésto a épocas antañonas en nuestro país?). Pero claro, no olvidemos que en los USA los dos partidos mayoritarios son de derecha y de extrema derecha, y ya se encargan de demonizar todo aquello que se salga de sus esquemas. Así les va a los trabajadores: nulos derechos y pueden ser despedidos cuando al empresario les venga en gana.
Creo entender la esencia de tu escrito: critiquemos todo lo que nos parezca justo criticar sobre los sindicatos, pero no olvidemos que son necesarios, imprescindibles para cualquier Estado que se llame democrático.
La tergiversación y la manipulación son las dos grandes artes que la derecha utiliza como dios. No hay que parar de recordarles que son unos embusteros, y que las verdades a medias no son verdades.
Saludos.

LA ZARZAMORA dijo...

Aún les queda mucho por hacer para ganarse la credibilidad de la que disponen.
Un abrazo.