27 mar 2012

La Reforma Laboral según un obispo

El 18 de Marzo el obispo de Ciudad Real,Antonio Algora,escribió una carta a los fieles de sus diócesis sobre la Reforma Laboral llevada a cabo por el Gobierno del PP explicando lo que le parecía dicha reforma

Antonio Algora
Al hilo de este post, he de comentar que no hace muchos días este señor estuvo en el centro docente en el que trabajo porque quería visitar al alumnado que recibía religión católica.Estuvo educado y la charla con el alumnado no tuvo ,en ningún momento, tintes doctrinales.Los alumnos le preguntaron de todo,incluso su sueldo mensual.Fue un encuentro normal, aunque yo no sea partidario de estas visitas y de estas prácticas,ya que considero que se deben denunciar los Acuerdos del Reino de España con la Santa Sede para que la Iglesia Católica carezca de los privilegios que en la actualidad posee,ya que vivimos en un Estado aconfesional, según Nuestra Carta Magna.Considero que la Iglesia Católica debe autofinanciarse de la forma y manera que ella considere oportuna sin que ningún ciudadano español que lo desee deba aportar recursos económicos a través de sus impuestos.Confieso,no por mi ateismo,el inmenso daño que muchos miembros de la Iglesia Católica han hecho a este país antes,durante y ahora mismo.

Por curiosidad,a continuación reproduzco la carta de dicho señor y que cada cual saque las conclusiones que estime convenientes.

"No me toca a mí juzgar de la conveniencia o no, en el aspecto técnico y jurídico, de una Ley en un momento determinado en el que la sociedad entera está amenazada por una crisis global sin precedentes en la historia humana. Los ciudadanos de la calle no tenemos elementos de juicio suficientes para dar una opinión técnica en temas cada vez más complejos. En estos momentos, nos hemos de fiar de las instituciones que deben entender de problemas de tan gran magnitud. Por esto, les debemos exigir a dichas instancias políticas, sindicales, empresariales, financieras y a los distintos colectivos de expertos que actúen con responsabilidad y, si siempre tenemos todos la obligación de construir el bien común, anteponiéndolo a intereses particulares, ahora más que nunca corresponde mayor obligación al que más puede.

Dicho esto, de lo que sí estamos en condiciones de juzgar es de la bondad o maldad de una Ley que rebaja claramente los derechos de los trabajadores respecto a situaciones anteriores, y lo peor es que llevamos muchos años ya de nuestra democracia donde siempre los perdedores en el concierto social, repito, siempre, son los mismos y siempre los más débiles.

Nadie habla de provisionalidad en las medidas que se están tomando, luego lo que se quiere hacer es establecer un «mercado de trabajo» en el que los empleadores hagan y deshagan a su antojo, olvidando que el «empleado» posible es, ante todo y sobre todo, «persona» a la que otros han dado la vida, la han educado, tiene necesidades básicas: familiares y sociales, no es una mera fuerza de trabajo que se admite o despide unilateralmente y durante un largo periodo de tiempo, pues, en un año de provisionalidad en el empleo (esto es lo que dice la Ley), puede ocurrir de todo, desde una gripe a un suceso familiar al que hay que atender antes que a cualquier otra urgencia de la vida de la empresa. Las personas no somos tan flexibles, tan elásticas, como nos quieren hacer creer.

¿De verdad no hay otras soluciones para crear puestos de trabajo? Parece mentira que a día de hoy tengamos que echar mano de usos del pasado que trajeron tanta injusticia y explotación a los trabajadores. Con estas medidas y sin meterme a profeta, se van a conseguir los mismos frutos de un pretendido bienestar, hasta es posible, pero no habremos avanzado nada en que el trabajador se sienta realizado con su trabajo y le sirva para llevar una vida estable y sin sobresaltos; que haga posible la familia, la educación de los hijos, el tejido social compacto y fuerte que hace personas y países fuertes para soportar las inclemencias de las coyunturas históricas.

Y, si no queda más remedio que aplicar hoy estas medidas, ¿no han de ser complementadas por otras en las que lo central sea la vida de las personas? ¡Tantos avances tecnológicos para esto! Da la impresión de que las sociedades desarrolladas van a ser las que más poder concentren en menos manos y esto no se corresponde con las aspiraciones de una sociedad democrática avanzada. Los jefes políticos europeos toman sus medidas por vía de urgencia sin apenas contar con los parlamentos respectivos; los poderes financieros se están concentrando en muy pocas manos. No sé si es muy descabellado pensar que, en el río revuelto de la crisis, están pescando los más poderosos sin contar con la opinión de la sociedad.

Elevemos nuestras oraciones para que Dios nuestro Señor, cuide de los más perjudicados de esta malísima situación que ya cuenta en nuestra España con más de once millones de pobres."

10 comentarios:

El Pinto dijo...

Siempre ha sido camaleónica la postura de estos pastores de almas. Dispuestos a decir lo que interesa y lo contrario.
Trileros capaces de contar con el aplauso de las mujeres que aún en el año 2012, no pueden más que dedicarse a la limpieza de sus aposentos.
Quienes realmente estén en contra de tanta manipulación, que lo pregonen y hagan discutir notoriamente ante la sociedad, cuestionando a los que desde su igualdad, dicen y apuestan por lo contrario.

trankilo- dijo...

Si, sin duda tienen disfraces para todas las ocasiones, si tanto les preocupa el tema, que cedan su palacio a los desauciados de su ciudad, que renuncien a sus jugosas "ayudas" procedentes del trabajo ajeno y de paso que se marchen a tomar el fresco a algún país del norte de Africa a poder ser en pleno desiero, donde no tengan seres humano cerca, sobre todo jovencitos de 15 años para abajo.
Que esa m.... con su propio pan se la coman
Saludos ateos

RGAlmazán dijo...

Menos el primer y último párrafo, firmo esta carta. Es un obispo concienzudo y que tiene preocupaciones sociales, al contrario que muchos de sus compañeros sicarios.

Ojalá, los Rouco y cía, pensaran igual.

Salud y República

Ciberculturalia dijo...

Partiendo de la base de que no me gusta que la Iglesia se inmiscuya en temas que no son de su competencia, lo haga a favor o en contra, debo decir que al menos muestra un sentido de la justicia destacable e infrecuente en un miembro de la Iglesia Católica. Su denuncia por eso tiene más valor.
Interesante testimonio.
Un beso

Camino a Gaia dijo...

Ante lo evidente lo mejor es simplemente reconocer la verdad. Al margen de la pésima opinión que me merece la Iglesia Católica, es una carta inteligente y creo que honesta.
Nos avisa también de algo muy importante: esta situación ha venido para quedarse. No volveremos a ver crecimiento económico, los que menos confían en que el sistema capitalista pueda sobrevivir a esta crisis, son los propios capitalistas.
Esto es darwinismo social puro y duro frente a los límites físicos del crecimiento.

Dilaida dijo...

Entre las ovejas negras algunas veces nace una blanca.
Bicos

Karras dijo...

Puede que este haya visto la luz pero te dejo un verso de Quevedo por si acaso.

En tiempos de las barbaras naciones
colgaban de las cruces los ladrones
ahora en el siglo de las luces del pecho del ladrón cuelgan las cruces.

Un abrazo.

LA ZARZAMORA dijo...

1) No sé rezar.
2) Me gustaría creerlos.
3) Por uno que se sale del redil, la mayoría son un rebaño adoctrinado.

Y estoy de acuerdo contigo, no sé qué hacen paseándose por los centros educativos.

Besos, mi dulzura.

Emilio Manuel dijo...

A esta carta, en términos generales, le digo AMEN, pero de esta gente me fío poco, otras veces han dicho lo contrario.

Un abrazo.

Antonio Rodriguez dijo...

Como esto no se arregla ¡Huelga! ¡Huelga! ¡Huelga!
Ahora no puedo leer la carta, volveré.
Salud, República y Socialismo