20 jun 2010

EL FÚTBOL


"La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria, ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí.

En este mundo del fin de siglo, el fútbol profesional condena lo que es inútil, y es inútil lo que no es rentable. A nadie da de ganar esa locura que hace que el hombre sea niño por un rato, jugando como juega el niño con el globo y como juega el gato con el ovillo de lana: bailarín que danza con una pelota leve como el globo que se va al aire y el ovillo que rueda, jugando sin saber que juega, sin motivo y sin reloj y sin juez

El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue. La tecnocracia del deporte profesional ha ido imponiendo un fútbol de pura velocidad y mucha fuerza, que renuncia a la alegría, atrofia la fantasía y prohibe la osadía.

Por suerte todavía aparece en las canchas, aunque sea muy de vez en cuando, algún descarado carasucia que sale del libreto y comete el disparate de gambetear a todo el equipo rival, y al juez, y al público de las tribunas, por el puro goce del cuerpo que se lanza a la prohibida aventura de la libertad."

(Eduardo Galeano)


18 comentarios:

mariajesusparadela dijo...

Precioso y real.
(Solamente falta añadir que el fútbol es utilizado por los políticos para meternos los goles más obscenos y descarados:cuando hay partido importante hay ley denigrante)

RGAlmazán dijo...

¡Qué bien lo explica! Tal cual, de acuerdo al ciento por ciento.

Salud y República

josé rasero dijo...

Muy bien lo de Galeano.
En cuanto a lo que tienes puesto arriba sobre el Vaticano: allá ellos (arderán en su propio infierno), a Saramago le resbalaba ampliamente lo que opinasen estos...

Un saludo, Felipe

Madison dijo...

A mi me ha recordado a un libro de Kapuscinskii.

Qué bien te explicas.

LA ZARZAMORA dijo...

Más que fútbol es ya como ir al circo.
Galeano no iba desencaminado...

Saludos.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Magnífico análisis del siempre lúcido Galeano. Y precioso, porque al menos yo sigo parándome a ver el fútbol callejero y descalzo y porque a veces, sí, sigue habiendo carasuciasi en terrenos de ese negocio.
Un abrazo dominguero,

Txema dijo...

Perfecto. Ahora sólo nos queda tomar nota y boicotear este negocio. Ya veréis cuantos se apuntan.

saludos

Eastriver dijo...

No puedo hacer otra cosa que aplaudirte puesto en pie. Por la oportunidad de tu comentario. Por ese audio enloquecedor...

Caruano dijo...

Qué certero es Galeano.
(No le des ideas a los pinchadiscos porque nos atronarán con la no-música que nos ofreces)

Saludos.

Ciberculturalia dijo...

El audio es magnífico Felipe. Lo he escuchado con prisas pero me ha parecido de lo más acertado.
Me voy
Besos

Daalla dijo...

Qué bueno, Galeano. Es una de las grandes verdades de la vida: el dinero todo lo corrompe, hasta el hecho de jugar por jugar. Un certero análisis en plenos Mundiales.
Un abrazo

Palmira Oliván dijo...

Galeano una vez más da en el clavo. El fútbol no es más que un juego, y como tal tiene como fin el placer de jugar por jugar, no el negocio que tienen montado. A mí no me gusta el fútbol, o mejor dicho, el espectáculo y todo el trasfondo que hay en él. Disfruto más viendo cómo juega cualquier niño como los de la foto de tu entrada donde el mayor premio es sentirse feliz dando patadas a un viejo balón, más que viendo a zánganos de veintitantos donde sólo son felices si se llevan la prima ganen el partido o no.

Buen domingo.

El Pinto dijo...

Amigo que certeza, me pone usted los recuerdos en ese genial Garrincha, el número uno del fútbol y la vida, un hombre en permanente regate, la fascinación con la pelota en los pies y el alma despistada.
En una ocasión pude verle en directo y Calleja, ese lateral que ganara la Copa de Europa a los Rusos, con el gol de Marcelino, lloraba de pena cada vez que recogía la pelota, se la mostraba, la envolvía, le agarraba y con la mano en el corazón y el sueño en alcohol, dejaba a Pelé que marcara la pena máxima del fútbol y cargara los honores. La vida seguía.
Un fuerte abrazo

sara dijo...

Mejor imposible de explicar. Y es que tiene tanta razón..

un beso de tu princesa y de tu niña gallega

sara

tecla dijo...

Qué guapo eres escribiendo mi niño.

Genín dijo...

Hemos coincidido con el tema...
Salud

Rita dijo...

No me gusta el futbol y ahora menos, efectivamente es una industria que mueve mucho dinero, da igual quien gane porque además ya se está utilizando políticamente, no, no me gusta.............

Dean dijo...

Una descripción muy sabia, el fútbol llena poc completo las mentes de los hombres, quizás por eso la mujer está recupernado el terreno perdido, este efecto de distracción afecta en su mayoría al género masculino.
Un saludo.